Rubén J. Palomo

Con la temporada prácticamente finiquitada, uno de los jugadores más valorados cuando recaló en el Eivissa, el canario Ángel Sánchez, ha querido hacer balance de la que, a su juicio, ha sido la temporada «más dura» de su dilatada carrera como futbolista profesional. El media punta hace autocrítica, aunque no tilda su campaña de «fracaso», pues, como él mismo afirma, «las lesiones no me han permitido que ahora esté contento con mi rendimiento».

Ángel Sánchez ha sufrido dos percances muy importantes que le han mantenido en el dique seco la práctica totalidad del curso. El primero afectó a sus cervicales y el segundo reincidió en su maltrecho dedo meñique del pie. «Ha sido la guinda al pastel, en el mal sentido. Desgraciadamente, salvo las dos o tres primeras jornadas ha sido un año negro a nivel individual y el equipo ha ido como ha ido», subraya. El canario estima su recuperación para la próxima pretemporada, en la que espera estar «al mil por mil».

El descenso del equipo rojillo ha sido la terrible consecuencia de un curso para olvidar. «Ha sido de los más negativos. Ha sido muy duro en todos los sentidos. Es el primer año que me ocurren tantas desgracias seguidas, el equipo no ha sacado resultados; tantos problemas, cambios de entrenadores y jugadores… Todo nos ha perjudicado, pero el club habrá tomado nota de todo lo sucedido. Pero no para echarnos culpas, sino para arreglar las cosas de cara al futuro y que el Eivissa vuelva a Segunda B», explica el futbolista de 31 años.

Ángel nunca se ha mordido la lengua y no esconde la pésima campaña realizada por el grupo, donde futbolistas como él tenían un peso crucial para haber aspirado a cotas mucho más altas. «Los fichajes se hicieron bien, pero las cosas no han salido. Se esperaba mucho de mí, también de Javi Moreno, Pisano o Raúl Rodríguez, que creo que ha hecho un buen año. Hablamos de jugadores que podían haber aportado 30 ó 35 goles». Además, y por primera vez a pesar de que era un secreto a voces, el canario apunta directamente al vestuario como uno de los problemas que han provocado la caída del Eivissa: «El equipo nunca entró en la dinámica que todos queríamos y ha faltado química dentro del vestuario. No porque haya personas o profesionales malos, pero en un grupo de 25 personas la química cuesta encontrarla».

Cuestión aparte es su continuidad en el club. Un futbolista que ha sido considerado como el más técnico de Segunda B por muchos analistas resulta complicado de ver en Tercera División. Ángel, sin embargo, emplaza a la directiva a decidir sobre su futuro: «Quien tiene la voz en mi caso es el club. Tengo contrato un año más, pero ahora es especular. El club puede decir que he estado todo el año lesionado y puede decirme que ‘no nos conviene que estés’. Hablar del futuro es tirar una moneda al aire, pero ha sido un año duro y desilusionante».

El ‘presi’ y la crisis

Ángel Sánchez rompe una lanza a favor del presidente del Eivissa, Pedro Ortega. Para el canario, tanto la directiva como el máximo mandatario del club «han recibido muchos palos». «Llevan una gestión durante muchos años que ha puesto al equipo en Segunda B y nadie se acuerda de eso. La gente recuerda la última temporada. El presi ha sufrido mucho y esperamos que en un futuro inmediato pueda valerse un poco más y que haya más unión», puntualiza el todavía ’10’ del Eivissa, que espera que «todo lo sucedido este año sirva de experiencia».

El de Las Palmas también se refiere a la situación económica del club. «A partir de diciembre la cosa cambió, por lo menos hay más noticias. Cuando te miran a la cara y te dicen la verdad no hay problemas», añade. Por último, Ángel Sánchez desconfía de la llegada «salvadora» de la empresa italiana Mezzaroma: «Desde que llegué aquí llevo escuchando cien mil cosas; inversores, SAD, subvenciones… Y siempre son problemas. La gente no acaba de engancharse y lo que hace falta es que todos los clubes de la isla crezcan para llevar el nombre de Eivissa lo mejor que puedan».

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