Tomeu Terrasa

Jaume Mut acumula ya quince temporadas en Tercera División tras 25 años como entrenador en el futbol de ca nostra. El técnico manacorí llevó al Santanyí a su primer PlayOff por ascender a Segunda B. Un éxito que sí logró con el Manacor tras un doble salto de Preferente a la categoría de bronce. Ferriolense, At. Baleares DH, Cardessar o Campos son otros de los conjuntos que ha dirigido antes de recalar en un Felanitx que, tras tener la permanencia en la mano, ha decidido confiar en él una temporada más renovándole.

Tomeu Terrasa: Ha renovado con el Felanitx, imagino que está a gusto. ¿Es interesante el proyecto?

Jaume Mut: Lo es dentro de las posibilidades de un club humilde donde se trabaja mucho y el trato humano es inmejorable.

De dinero no se habla, ¿verdad?

En Tercera, no. Y quien lo haga miente. Las plantillas quieren tener la cosas claras desde el principio y no quiero que ninguno de mis futbolistas se sienta luego engañado. El entrenador siempre recibe una compensación mínima.

¿Cuantas horas le dedica al fútbol?

Cuando uno hace lo que le gusta, no cansa. El fútbol es mi vida y mi pasión. Espero no parar en muchos años. Me mantiene vivo al lado de gente joven. Mi gran suerte es que no soy profesional.

¿Ha cambiado mucho el fútbol de ca nostra?

La Tercera ha mejorado mucho en los últimos ocho años. Están llegando más jugadores de la Península. Diría que hay ya un centenar. También si contamos con cuatro o cinco equipo en División de Honor influye. La gente sale mejor preparada.

¿Ha influído cambiar el sistema de promoción de ascenso de la liguilla a eliminatorias directas?

Lo que más ha favorecido es no estar obligado a enfrentarte siempre a catalanes, valencianos y murcianos. Ahora puedes jugar ante cualquier otro equipo de Tercera en España. La mayoría de equipos hemos subido mediante tres eliminatorias. La Tercera balear ha cogido mucho potencial.

¿Ello no contradice la tesis de la falta de dinero en nuestro fútbol?

En las Pitiusas es donde hay mayor potencial económico con Santa Eulàlia, Formentera y Sant Rafel.

Algo que llama la atención es que, cada vez, se ve mejor preparación en los nuevos técnicos y los staff…

Lo que no se invierte en futbolistas se hace en infraestructuras. Hay mucho licenciado en INEF, fisios y entrenador de proteros. Sirve a gente joven que empieza y acumulan experiencia. Todos nos beneficiamos.

Tras 25 años, se habrá encontrado con personajes peculiares…

Hay de todo. Se pasan momentos difíciles pero he tenido la suerte de que no me hayan cesado nunca en 25 años. Pero no podemos vivir del pasado.

¿Su peor momento como entrenador?

El día que falleció mi padre teníamos partido en Campanet. Estar ese día en el banquillo sientes como si te clavaran puñaladas. También tuve un problema con un espectador en Llucmajor.

¿Dónde se ha sentido más a gusto?

Indiscutiblemente en Manacor porque estaba en mi casa y los éxitos fueron grandes. Exceptuando Campos, disfruté de cuatro años en Son Ferriol y ahora disfruto mucho en Felanitx.

 

 

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