Junto a él, el presidente del Comité arbitral, Tomeu Riera.

La sala de actos de la Federación se ha quedado pequeña y muchos colegiados han tenido que seguir las intervenciones de pie en la entrada del recinto.

Se ha tratado de la actualidad del arbitraje y de las situaciones recientes, como los incidentes de Alaró y la suspensión de un partido en Campos.

Miquel Bestard ha apoyado al colectivo en sus reivindicaciones para que algunos espectadores de los partidos de fútbol sean reprendidos y castigados cuando insultan o amenazan.

Bestard ha asegurado que las numerosas peticiones hechas por los árbitros serán presentadas a la Asamblea de la FFIB, y se ha mostrado de acuerdo en muchas de ellas. Por ejemplo, la que pide a los comités de Competición que siempre apliquen las penas máximas cuando se trate de insultos graves o que inciten a la violencia; también que se exija a los delegados que traten con respeto al juez y que le defiendan contra los que no saben comportarse.

El presidente les ha pedido que apliquen el reglamento y que, si hay que suspender un partido, antes se agoten todas las vías que señala la norma: avisar al delegado y pedir la ayuda de la fuerza pública.

En la reunión ha quedado claro que hay que continuar con las campañas contra los insultos en el fútbol balear, porque, como ha dicho el presidente, «las agresiones siempre van precedidas por insultos»

Los colegiados han aplaudido en varias ocasiones las intervenciones y han sido varios los árbitros que han tomado la palabra para contar sus experiencias.

Se ha quedado en seguir el contacto entre la Presidencia y el Comité para consensuar los casos que se vayan dando y para que se vea que todo el fútbol apoya la labor arbitral.

Bestard se ha mostrado optimista de cara al futuro, porque en estas últimas semanas la sociedad se ha dado cuenta que hay que apartar a los violentos de los campos de fútbol, y que entre todos se evitará que vuelvan a producirse hechos como las últimas jornadas.

 

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