Hoy podéis leer en EL MUNDO el caso del delantero mallorquín Xesc Regis, la última chapuza del Real Mallorca que pone de manifiesto los incomprensibles errores de gestión que existen en el club, pese a su desmesurada infraestructura.

En agosto de 2016, cuando todavía no había cumplido los 20 años, el Mallorca le comunicó a Xesc que no contaba con él  y que se buscara equipo. Su destino fue el Leioa vizcaíno, del Grupo II de Segunda División B Se marchó en calidad de cedido sin que nadie del club pareciera prestarle demasiada importancia al hecho de que su contrato finalizaba el 30 de junio de 2017. Es decir, en la siguiente temporada. El Mallorca no sólo no le renovó, sino que aceptó hacerse cargo del 100×100 de su ficha sin efectuar un solo movimiento para protegerse en caso de que el futbolista destacara.

¿Y qué pasó? Pues que Xesc Regis empezó a marcar goles (10 en total en la temporada) y a jugar bien, y eso llamó la curiosidad de varios clubes, que alucinaron en colores al interesarse por su situación y descubrir que era un futbolista propiedad del Mallorca…pero que acababa contrato en junio.

En enero, cuando era ya evidente que su cotización se había disparado, el Mallorca reaccionó y le ofreció volver al filial. Por supuesto ya era demasiado tarde. El delantero, a esas alturas con ofertas de Primera y Segunda División, dijo que se quedaba en Vizcaya y que ya decidiría. Consciente de hasta qué punto había metido la pata, el Mallorca incrementó la oferta, pero todo fue en vano. Acaba de ser presentado por el Eibar, que por cero euros se ha quedado con un delantero que aún no ha cumplido 21 años y que viene de hacer un temporadón en Segunda B.

Quizás Xesc Regis se quede en el camino y no pase del filial del Eibar o quizás sea un segundo Sergi Enrich, pero su caso deja en evidencia el funcionamiento de la cantera del Mallorca. ¿Cómo se puede ceder a un delantero de 19 años sin renovarle previamente? Una chapuza. Una verdadera chapuza.

Tomeu Maura EM