La desafortunada actuación de Turienzo Álvarez en Zaragoza despierta suspicacias entre el mallorquinismo.
SEBASTIÀ ADROVER. PALMA. La desafortunada actuación del colegiado Turienzo Álvarez el miércoles en La Romareda ha levantado suspicacias entre el mallorquinismo. Ya no sólo porque los rojillos salieran gravemente perjudicados al no subir al marcador un gol a todas luces legal de Aduriz, sino porque existe el temor de que las malas relaciones con el Athletic les pasen factura. Los vizcaínos son rivales directos en la pugna por entrar en Europa y cualquier detalle se antoja determinante a estas alturas de la temporada.
Lo cierto es que las decisiones del árbitro en Zaragoza privaron a los bermellones de sumar los tres puntos. Más allá del gol anulado –algo que sorprendió hasta a los propios jugadores maños porque ni siquiera habían protestado–, también pitó una inexistente falta de Aduriz justo antes de quedarse solo ante el portero. La indignación se elevó hasta al propietario Mateu Alemany, que mostró su enfado con Turienzo ante los periodistas casi sin mediar preguntas. Se da la casualidad de que el trencilla pertenece al colegio castellano-leonés, pero es nacido en Barakaldo, es decir, una circunstancia que alimenta las sospechas.
No es la primera vez que Turienzo perjudica a los baleares. En su primera temporada en la elite, el 17 de diciembre de 2000, anuló dos goles legales del Mallorca frente al Celta en un partido que acabó en empate a dos. El colegiado, que jamás ha sido internacional, es uno de los candidatos a bajar a Segunda División una temporada antes de jubilarse del arbitraje.
Sin embargo, hay muchos más factores adicionales que invitan a la desconfianza desde la planta noble de Son Moix. La presencia de Ángel Maria Villar al frente del fútbol español desde hace 22 años siempre ha estado relacionada con los supuestos favores que ha recibido el club vasco, sobre todo en las etapas importantes de cada curso, ya que es bilbaíno y militó en el equipo rojiblanco en su etapa como futbolista profesional. De hecho, en la isla ya se empieza a hablar del término ´villarato´, que se utiliza para explicar los favores arbitrales que reciben determinados equipos y que manipulan la competición. Hasta el propio entrenador del Barcelona, Pep Guardiola, lo usó cuando fue sancionado por un partido al ser expulsado en Almería.
Además, el hecho de que el propio Alemany trabajara durante meses en una precandidatura para arrebatarle la poltrona a Villar ha enturbiado las relaciones entre ambos dirigentes. Y a todo esto hay que añadir la denuncia del Athletic ante el Comité Jurisdiccional de la Española por no haber pagado en enero 1.250.000 euros correspondiente a un pagaré por el traspaso de Aduriz. Esto podría provocar que el Mallorca se quedara sin licencia UEFA para disputar la próxima temporada competiciones continentales, algo que beneficia a los de San Mamés. Lo que preocupa es que precisamente puede ser Villar el que decida si el club puede entrar en Europa. Hay sectores del entorno isleño que defienden que la manera más fácil para dañar al Mallorca es mediante las actuaciones arbitrales. Hasta la prensa nacional resaltó el castigo que han recibido los bermellones en una fase en la que lucha por meterse en la Champions. El triunfo hubiera alejado a tres puntos al Sevilla a sólo seis jornadas del final.
DIARIO DE MALLORCA
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